La
voz de “Carta de Rosa” es la de mi madre, María Rosa Tapiador
García, que murió con el primer amanecer del año 2013. La última
plegaria escrita por Marcel Légaut, rumiada durante ocho días en la
habitación de un hospital, fue la que me habría de llevar a mí
–tres días antes de lo debido– a reconocer de quién era,
propietaria, la voz de mi poema.