semanario Tiempo, nº 1525; Madrid, 22 de marzo de 2013
(...) La literatura de Enrique Falcón (Valencia, 1968) ha recibido la
calificación de conflictiva o activista. Buena muestra de ello es su
próximo libro, Porción del enemigo (editorial Calambur), del que
publicamos un poema inédito. Ajeno a los circuitos oficiales, al
preguntarle por la insurgencia de la que habla Gamoneda, el valenciano
se remonta a “la llamada a la rebelión que ya hizo el colectivo Alicia
Bajo Cero en los años noventa y que culminó con el polémico libro
titulado Poesía y poder”, que aglutinó a varios poetas en torno a
la llamada poesía de la conciencia. Desde sus primeros poemarios,
Falcón defiende que “si la poesía nace en un contexto de indignante
injusticia social, el llamado estilo es también una elección profundamente moral, y lo más coherente resulta ser la insubordinación”.
Por eso él entiende que un poeta debe participar en la vida pública "escribiendo poemas que hagan compañía a la desobediencia de los otros y que logren resistir a las claudicaciones que sobre cada escritor también quieren ejercer el miedo y el poder". En ese sentido Falcón advierte: "Manifestar que el verdadero compromiso de cualquier poeta lo es para con la literatura me parece una obviedad vacía e inútil que a menudo excusa el silenciamiento o la rendición".
Por eso él entiende que un poeta debe participar en la vida pública "escribiendo poemas que hagan compañía a la desobediencia de los otros y que logren resistir a las claudicaciones que sobre cada escritor también quieren ejercer el miedo y el poder". En ese sentido Falcón advierte: "Manifestar que el verdadero compromiso de cualquier poeta lo es para con la literatura me parece una obviedad vacía e inútil que a menudo excusa el silenciamiento o la rendición".