"Los nuestros
vuelven a ser tiempos de miedos", ha relatado Zygmunt
Bauman.
La pregunta que este libro nos confía no es si nuestro enemigo podrá
ser vencido, sino si podremos mirarlo de una vez, ahora, al menos un
centímetro por encima de nuestros propios terrores. Estos poemas,
lejos de preguntar por su derrota,
interrogan algo más grave: si sabremos estar presentes, y de qué
lado nos pondremos entonces, cuando ella se produzca.
En
un momento conquistado de máxima libertad, el protagonista de ese
relato temible que es La
piel fría
se pregunta: ¿quién no estaría dispuesto a modificar el prisma de
sus ojos cuando la vida y el futuro dependen de la mirada que dedique
al enemigo? A fuerza de acumular catástrofes, nuestra cultura –que
amenaza con expulsar de la humanidad a cuatro mil quinientos millones
de personas (Alba Rico)– es incapaz de encarar respuestas que
enderezarían, por sí solas, los propósitos de una emancipación
común, tanto en el ámbito de las conciencias
del hombre como en el de sus luchas
sociales organizadas. Comunicación de belleza, verdad, para una
asamblea compuesta por estos hombres y mujeres, voluntad la de ellos
por hacerles compañía, nuestros poemas han querido renunciar a la
posibilidad de darles la espalda. Pero lo harán, como nos aconsejara
Bradbury, separando
lenta y eficazmente lo terrible de lo normal.
Mucho de lo que vivimos
repite cíclicamente sometimientos, rebeldías, liberaciones y
catástrofes. Nada de extraño hay en que dicha replicación se
produzca también aquí. En la excesiva circularidad de ese ritmo, la
pregunta que este libro le confía a la tribu
no es si nuestro enemigo podrá ser vencido (lo
será),
sino si podremos mirarlo de una vez, al menos un centímetro por
encima de nuestros propios temores. Estos poemas hablan, casi todos
ellos, desde la altura formidable de ese único centímetro posible:
ojalá la poesía siga revelando, desde él, los secretos de esa
resistencia, cuando esa comunidad de hombres y mujeres la alcanza a
conseguir.
Cada vez nos son más
intolerables –sentenciaba
el maestro Barrett– los aullidos del hombre a quien nosotros mismos
desollamos. Para un tiempo como el nuestro, en el que el cloroformo
se ha instituido como innovación moral, el
volumen que tienes entre manos marca el cierre de la Trilogía de las Sombras,
formada por los libros Amonal,
Taberna
roja y
Porción del enemigo.
Enrique
Falcón
Barrio
del Cristo (Valencia)
–enero
de 2013–